10 Claves para evitar riesgos indeseados en su organización

En este blog compartimos los pasos claves para tratar el riesgo en una organización y de paso controlar cualquier evento indeseado que se nos pueda presentar, le será útil y podrá aplicarlos de inmediato.
1.  Identifique lo que puede salir mal
Antes de abordar cualquier iniciativa anticipe cualquier ti­po de amenazas que pueda  presen­tarse, hágase siempre las preguntas ¿Qué puede fallar? ¿Que podría cambiar para producir inconvenientes? ¿Qué amenaza  está  involucrada en este proceso?
2 Establezca cuál es la probabilidad de que el problema se produzca
La probabilidad puede ser evaluada calificando de «Alta”, “Media» y «Baja»  o en una escala de 1 a 10,  donde 10 significa que es casi seguro que se va a presentar el problema potencial.
3  Precise que tan grave seria el efecto si el problema ocurriera
La gravedad es el impacto o daño que causaría sobre los bienes, o sobre las personas, o sobre cualquier recurso de la organización, al igual que la probabilidad es necesario evaluarla calificándola de «Alta”, “Media» y «Baja»  o en una escala de 1 a 10,  donde 10 significa que es muy grave el impacto.
4 Anticipe la causa probable.
 Disminuya las posibilidades de que el futuro nos brinde sorpresas desagradables, hágase siempre la pregunta ¿cuál puede ser el origen de la falla? ¿Dónde se puede presentar la falla?, ¿cómo se puede presentar?, ¿en qué momento podría suceder?
 5 Priorice los riesgos según su probabilidad y gravedad
 Elabore un plano cartesiano en el cual pueda ubicar en el eje de la “y “los riesgos según su probabilidad de concurrencia, y en el eje de la “X” según la gravedad, observara que en un extremo se quedaran los  riesgos que tienen alta probabilidad y su efecto es muy grave y en el otro los que tiene poca probabilidad y muy bajo impacto, esto le permitirá priorizar las acciones a tomar. Una acción bien planeada puede cubrir todo el espectro de causas. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos cada acción preventiva debe ser dirigida a una causa probable específica.
6  Determine las acciones a tomar
Las amenazas pueden ser tratadas de tres maneras: por acciones que reduzcan la probabilidad de su ocurrencia, por acciones que minimicen su gravedad en caso de que ocurran, o por la decisión de aceptar el riesgo y no tomar ninguna acción. Cualquiera de estas opciones podría ser adecuada, pero para decidir hará falta que usted piense bien en las consecuencias de cada una.
7   Planifique  acciones  contingentes
Las acciones contingentes, minimizan o atenúa la gravedad del efecto de un problema potencial, en el caso en que a pesar de establecer acciones preventivas el evento indeseado de todas formas  ocurre, en la medida que puedan ser tomadas acciones preventivas, la necesidad de tomar acciones contingentes se verá reducida pero no las omita en ningún caso.
8  Disponga  de  información
Una última condición del análisis del riesgo  es disponer de información, esta tiene dos propósitos: primero notificar la necesidad de poner en marcha acciones contingentes, segundo dar cuenta sobre la marcha del plan, ubique puntos de control en lugares estratégicos que permitan apreciar el progreso de las acciones tomadas.
9 Establezca alertas
Un sistema de rociadores de agua automáticos sería inútil si no tuviera un detector de calor o humo, que en caso de incendio, lo ponga en funcionamiento, se necesita de un “disparador”  dicho en otras palabras el elemento, persona, ruido o luz que avisara que la acción contingente debe ponerse en funcionamiento.
10 Capacite a las personas
Las competencias para el tratamiento del riesgo son habilidades que todo el personal de una organización puede adquirir, no espere a que ocurra algo indeseado para capacitarse, es urgente poseer una metodología para la implementación de su sistema de control del riesgos.
 
En este blog compartimos los pasos claves para tratar el riesgo en una organización y de paso controlar cualquier evento indeseado que se nos pueda presentar, le será útil y podrá aplicarlos de inmediato.
1.  Identifique lo que puede salir mal
Antes de abordar cualquier iniciativa anticipe cualquier ti­po de amenazas que pueda  presen­tarse, hágase siempre las preguntas ¿Qué puede fallar? ¿Que podría cambiar para producir inconvenientes? ¿Qué amenaza  está  involucrada en este proceso?
2 Establezca cuál es la probabilidad de que el problema se produzca
La probabilidad puede ser evaluada calificando de «Alta”, “Media» y «Baja»  o en una escala de 1 a 10,  donde 10 significa que es casi seguro que se va a presentar el problema potencial.
3  Precise que tan grave seria el efecto si el problema ocurriera
La gravedad es el impacto o daño que causaría sobre los bienes, o sobre las personas, o sobre cualquier recurso de la organización, al igual que la probabilidad es necesario evaluarla calificándola de «Alta”, “Media» y «Baja»  o en una escala de 1 a 10,  donde 10 significa que es muy grave el impacto.
4 Anticipe la causa probable.
 Disminuya las posibilidades de que el futuro nos brinde sorpresas desagradables, hágase siempre la pregunta ¿cuál puede ser el origen de la falla? ¿Dónde se puede presentar la falla?, ¿cómo se puede presentar?, ¿en qué momento podría suceder?
 5 Priorice los riesgos según su probabilidad y gravedad
 Elabore un plano cartesiano en el cual pueda ubicar en el eje de la “y “los riesgos según su probabilidad de concurrencia, y en el eje de la “X” según la gravedad, observara que en un extremo se quedaran los  riesgos que tienen alta probabilidad y su efecto es muy grave y en el otro los que tiene poca probabilidad y muy bajo impacto, esto le permitirá priorizar las acciones a tomar. Una acción bien planeada puede cubrir todo el espectro de causas. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos cada acción preventiva debe ser dirigida a una causa probable específica.
6  Determine las acciones a tomar
Las amenazas pueden ser tratadas de tres maneras: por acciones que reduzcan la probabilidad de su ocurrencia, por acciones que minimicen su gravedad en caso de que ocurran, o por la decisión de aceptar el riesgo y no tomar ninguna acción. Cualquiera de estas opciones podría ser adecuada, pero para decidir hará falta que usted piense bien en las consecuencias de cada una.
7   Planifique  acciones  contingentes
Las acciones contingentes, minimizan o atenúa la gravedad del efecto de un problema potencial, en el caso en que a pesar de establecer acciones preventivas el evento indeseado de todas formas  ocurre, en la medida que puedan ser tomadas acciones preventivas, la necesidad de tomar acciones contingentes se verá reducida pero no las omita en ningún caso.
8  Disponga  de  información
Una última condición del análisis del riesgo  es disponer de información, esta tiene dos propósitos: primero notificar la necesidad de poner en marcha acciones contingentes, segundo dar cuenta sobre la marcha del plan, ubique puntos de control en lugares estratégicos que permitan apreciar el progreso de las acciones tomadas.
9 Establezca alertas
Un sistema de rociadores de agua automáticos sería inútil si no tuviera un detector de calor o humo, que en caso de incendio, lo ponga en funcionamiento, se necesita de un “disparador”  dicho en otras palabras el elemento, persona, ruido o luz que avisara que la acción contingente debe ponerse en funcionamiento.
10 Capacite a las personas
Las competencias para el tratamiento del riesgo son habilidades que todo el personal de una organización puede adquirir, no espere a que ocurra algo indeseado para capacitarse, es urgente poseer una metodología para la implementación de su sistema de control del riesgos.

Noé Beltrán Rodríguez

Director de la firma Estrategia consultores & Co. Consultor experto en diseño de procesos de servicio Customer centric

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